Carla Montiel, 20 años de edad, estudiante de Psicología.

Todos los jóvenes estudiantes nos hemos visto afectados por esta pandemia ya que no podemos ir a la universidad, razón por la cual la educación no rinde los mismos frutos. Anteriormente, iba a la universidad 4 días de la semana, pero ahora no sabría decir a ciencia cierta cuántos días de la semana invierto en mi educación, ya que las clases con mis profesores no son constantes; debemos estar atentos porque en cualquier momento nuestros profesores nos pueden avisar que van a dar clases por WhatsApp.

Los exámenes se presentan vía web, el profesor nos envía a nuestros correos electrónicos un formulario de Google con respuestas de selección simple. No es tan fácil para un profesor saber si un alumno está haciendo trampa en el examen, porque ellos sólo toman en cuenta las veces que una misma persona entra y sale de la página del formulario, y si una persona hace esto varias veces, el profesor asume que el alumno se estaba copiando; no creo que este método sea muy eficaz porque cualquier persona puede tener un teléfono con acceso a internet mientras presenta el examen.

La psicología es muy densa, y antes de cada clase teníamos que leer sobre el tema a discutir, pero ahora los estudiantes no le prestan mucha atención a eso. A veces la clase está programada para las 8 de la mañana, pero hay personas que no pueden conectarse a la hora porque no tienen luz, porque sus teléfonos no tienen señal, o porque no cuentan con acceso a internet en sus hogares, como es mi caso. Cada profesor escoge la forma de evaluar y de dar las clases; algunos deciden hacerlo por whatsapp a través de notas de voz, otros nos envían diapositivas de Power Point con información sobre la materia; la mayoría evita hacerlo por Zoom porque no todos mis compañeros de clase tienen acceso a internet.

La universidad ha flexibilizado un poco las reglas con respecto a la asistencia a las clases online, porque por ejemplo, al principio de la cuarentena sólo podíamos salir de nuestras casas hasta las 12 del mediodía, y muchas personas se encontraban en la calle al momento de la clase porque estaban comprando comida. Estudio en una universidad privada y la regla general era que teníamos que pagar las cuotas mensuales durante los primeros cuatro días del mes, o sino no podíamos ingresar a las instalaciones porque nos bloqueaban en el sistema, sin embargo, esta regla ya no se aplica tomando en consideración la situación tan asxifiante que vivimos en materia económica.

Formo parte de varios grupos de la iglesia y en el mes de Marzo íbamos a hacer un retiro espiritual, pero por obvias razones no pudimos. Para mantenernos activos, intentamos organizar actividades diarias tales como cadenas de oración, vigilias, reflexiones, etc ¡INCLUSO VEMOS LA MISA POR UN LIVE DE INSTAGRAM!

Como estudiante de psicología me gustaría decirles que es necesario que no entrar en pánico ante esta situación; muchas personas se están enfermando porque están somatizando el estrés y la ansiedad. Hay que tomar medidas de prevención, pero no podemos sobrepasar los límites de la cordura, y comento esto porque me he dado cuenta de que las personas a veces toman actitudes muy radicales y un agresivas con respecto al distanciamiento social. Ahora, específicamente le hablo a los estudiantes para decirles que sé que no es fácil estudiar bajo estas circunstancias, pero no desistan, manténganse estudiando si tienen las posibilidades, no se atrasen, intenten mantenerse lo más activos que puedan, e internalicen que la pandemia es una realidad que no podemos cambiar, y por eso debemos sacar lo mejor de nosotros mismos para poder adaptarnos.

Fotografía por: Ivanna Mia Márquez.