Mi nombre es Sascha Barboza, tengo 35 años y soy un montón de cosas: Empresaria, escritora, Fitness Coach, conferencista y mamá a tiempo completo.

Nací en Maracaibo, una ciudad espectacular ubicada en Venezuela, rodeada de familia, chistes, y comida deliciosa. Desde niña mi pasión era el dibujo y siempre pensé que me iba a dedicar a eso. Pero, cuando entré a la adolescencia, empecé a interesarme en el tema de la alimentación, la nutrición, el ejercicio.

Comencé a investigar por mi cuenta, ahorraba dinero de mi mesada y me compraba libros, revistas, y de cierta forma, empecé siendo autodidacta en esto del Fitness.

Ya entrando mis 20, decidí profesionalizarme porque me di cuenta de que quería hacer de esto mi carrera. Me encantaba y me sigue encantando compartir información valiosa, ayudar a la gente a cambiar para mejorar sus hábitos y a la larga, su calidad de vida.

Paralelamente a esto, comenzó el boom de las redes sociales y fue cuando decidí utilizar Twitter como algo más allá que una herramienta social, como una plataforma para compartir mis conocimientos, enseñar a la gente a comer saludable, dar tips y hablar sobre la importancia de llevar un estilo de vida activo.

Poco a poco, se fue regando la voz de esta chica que por Twitter daba tips en 140 caracteres, luego me uní a Instagram y de una manera más visual y amplia sigo compartiendo mis tips.

Después me llegó la oportunidad de escribir un libro y publicarlo en una de las editoriales más importantes, Planeta. Este libro me abrió muchas puertas, me di cuenta del potencial que yo tenía como marca personal, y además me ayudó a traspasar fronteras, ya que el libro llegó a toda Latinoamérica, España y Estados Unidos. En ese momento, mi esposo y yo decidimos sacar al mercado mi propia marca, con productos de buena calidad.

Nunca me gustó hacer publicidad, intercambios, ni nada de eso. Quería tener algo propio, algo en lo que yo pudiera tener el control absoluto y así realmente estar segura de que estaba promoviendo algo de calidad.

Luego comencé a dar conferencias en distintos países, llegó el segundo libro y todo esto se dio mientras trabajaba de la mano de mi esposo en este proyecto tan ambicioso: sacar al mercado nuestra propia línea de suplementos y desarrollar una empresa en una industria extremadamente competitiva.

Esta fue la razón principal por la que nos fuimos a Estados Unidos, que es la meca de esta industria. Gracias a Dios nos ha ido muy bien y seguimos trabajando y creciendo juntos.

Mi proceso como migrante

Inicialmente, nuestra idea era irnos seis meses a Estados Unidos a terminar de concretar el lanzamiento de nuestros productos, establecer la empresa y ponerla en marcha. Pero nos dimos cuenta de que hacer esto viviendo en Venezuela era casi imposible, sobre todo porque el tema de los viajes entre Venezuela y Estados Unidos se hacía cada vez más difícil.

La empresa crecía muy rápido y debíamos permanecer aquí, la situación de Venezuela también fue empeorando y todo esto nos llevó a tomar la decisión de quedarnos a vivir acá.

Debo decir que dentro de todo tuve mucha suerte porque gracias a mi trabajo y trayectoria, yo tenía la visa O1, que es la que comúnmente llaman visa de talento, así que hacer la transición a la residencia no fue tan complicado. Llegamos con un plan establecido y no se hizo cuesta arriba.

Realmente, lo que más me afectó fue estar lejos de mi familia, de mi gente, de mi ciudad. Yo soy una persona muy familiar, no soy muy farandulera, en Maracaibo todo queda a cinco minutos de distancia. Aquí para llegar a cualquier lugar necesitas 45 minutos.

No me gusta manejar en autopista y cada vez que tengo que hacerlo prefiero tomar un Uber. Yo soy feliz viviendo en una ciudad pequeña, y mucho más más si esa ciudad es Maracaibo, pero a todo se acostumbra uno y poco a poco siento más a Miami como mi hogar, aunque mi corazón siempre está allí en Maracaibo. 

Illustración por Pao Pao Rosales @paopaorosales

Mi adaptación

Al principio, cuando llegué, sentía que vivía unas eternas vacaciones. Al tercer mes me di cuenta de que no podía seguir gastando dinero como venía haciéndolo porque las vacaciones tienen un fin y yo aquí estaba de forma indefinida.

Siempre hay un choque cultural, sobre todo si vienes de Venezuela en donde todos somos tan cálidos, amigables, confianzudos. Acá la gente guarda más distancia.

En Miami hay gente de muchas partes del mundo – rusos, brasileños, venezolanos, norteamericanos, colombianos, argentinos – y cada quien está en lo suyo, aquí el tiempo nunca es suficiente, hacer una o dos diligencias te toma todo el día así que te aíslas un poco.

Te hacen falta las reuniones, los amigos, la cercanía ¡La ayuda! Criar a dos niñas sin la ayuda de los abuelos, tíos, etc. es complicado. Pero tienes otras cosas: más oportunidades, seguridad, más estabilidad, en nuestro caso, y con esto quiero dejar claro que hablo desde mi experiencia, porque sé que no todo el mundo tiene la misma. 

Siento nostalgia, sobre todo porque estoy aquí y cada vez es más difícil regresar, cada vez las cosas se ponen peor allá. Todavía tengo mucha gente en Maracaibo, mis papás, mis tíos, primos, la familia de mi esposo. Yo amo mi país, amo vivir en Maracaibo y espero algún día, no muy lejano, poder regresar.

Extraño nuestra cultura, la comida, la música, la gente, ¡Yo extraño hasta al señor que me pesaba las verduras en la Ritz 72! Deseo que todo mejore para así no tener que extrañar tanto a Maracaibo. Podría ir más a menudo, con más frecuencia y quién sabe, a lo mejor cuando ya sea un poquito más grande, porque aunque tengo 35, me siento de 20, pueda volver para siempre. 

“A veces me meto en problemas por estar de bocona dando mi opinión, pero siento el compromiso de hacerlo por la plataforma que tengo”

En líneas generales, mi experiencia viviendo acá ha sido positiva, aunque he tenido un par de experiencias no muy placenteras. No me gusta generalizar, pero en este país todavía hay gente muy cerrada y prejuiciosa. La xenofobia existe, el racismo también, hay gente que te discrimina porque eres latino o por tu color de piel o porque eres de otra religión, etc.

Cuando me ven de lejos, juran que soy gringa hasta que abro la boca. Una vez una señora norteamericana fue súper ofensiva con mi esposo, mi mamá y mis hijas. Yo estaba allí y ella no se daba ni cuenta de que yo era parte de esa familia. Por supuesto a mí se me incorporó tú sabes quién y salí como una leona a defender a los míos.

No me gustan las injusticias, yo tengo un exceso de empatía y cada vez que puedo alzo la voz, bien sea por mi país o en contra de los prejuicios, porque me chocan los estereotipos. No tolero la xenofobia, el racismo, el machismo o los ataques y la desigualdad que existe hacia la comunidad LGBTQIA+.

A veces me meto en problemas por estar de bocona dando mi opinión, pero siento el compromiso de hacerlo por la plataforma que tengo. Es muy difícil dar tu opinión en redes sociales porque es fácil sacar de contexto o desvirtuar un tuit, pero son más las personas que lo entienden y lo aprecian que las que no lo hacen.

De mí podrán decir muchas cosas, pero si algo me caracteriza es que soy una persona justa, empática y muy correcta. No me gustan los chuecos. 

Una mujer emprendedora en el exterior

Yo tengo un socio maravilloso que es mi esposo, él ha creído en mí desde el primer día, nos complementamos muy bien. Yo cumplo una función en la empresa y él cumple otra, eso ha hecho que trabajar sea mucho más fácil.

No le tenemos que rendir cuentas a nadie, trabajamos muy duro porque cuando tienes una empresa no hay horario, el trabajo nunca termina, pero al mismo tiempo gracias a esto, he podido lograr cosas inimaginables.

Además, tener a tu pareja como socio implica que hay mucho entendimiento. En cuanto al cuidado familiar también nos ayudamos mutuamente y eso ha hecho que todo sea mucho más fácil. 

Estamos en una industria muy competitiva y aún así hemos estado de número uno en Amazon en la categoría de Suplementos. El mundo del eCommerce es increíble y ha sido una pieza clave en nuestro desarrollo.

Actualmente estamos distribuyendo no sólo en Estados Unidos, sino también en los principales países de Latinoamérica: México, Colombia, Ecuador, Bolivia, República Dominicana, Panamá. Nuestra página web tiene envíos a todo Estados Unidos, Canadá, UK, España y poco a poco estamos ampliando envíos a otros países de Latinoamérica y Europa.

La empresa crece de forma vertiginosa y eso nos tiene muy emocionados y agradecidos con Dios. Siempre estamos creando nuevos productos, tratando de diversificar la empresa, haciéndolo poco a poco y de la manera correcta.

Tiempos de COVID-19

Afortunadamente, en estos últimos meses hemos podido manejar muchas cosas desde la casa, la empresa no se ha detenido. Tomamos medidas preventivas en el warehouse y el laboratorio. Hay gente trabajando desde la casa y así hay menos personal en las plantas, y los que sí están allí, cumplen con todas las medidas de seguridad: máscara, se cubren el pelo, usan guantes, esterilizan todo, etc.

El eCommerce se puede manejar desde cualquier sitio y ahora con Zoom podemos hacer todas las reuniones de manera virtual. En estos momentos en Estados Unidos todo está en proceso de reactivarse, entonces ya hemos podido salir un poco más a menudo tomando siempre las precauciones necesarias.

No ha sido fácil estar encerrados tanto tiempo, más que todo por las niñas. Me tocó ser maestra de Avril (mi hija mayor) que ya pasó a tercer grado. Había días que me quería jalar los pelos porque es bien complicado, pero ahí lo vamos llevando poco a poco.

Dentro de todo hemos tenido mucha suerte, podríamos estar mucho peor y trato siempre de tener eso en mente para no desesperarme. Yo soy bien casera entonces no me costó tanto acostumbrarme a esto.

Tener que estar encerrada también me ayudó a retomar pasatiempos que tenía abandonados como el dibujo, estoy cocinando mucho más, subiendo bastante contenido a mi canal de YouTube, participando en invitaciones que me hacen a Podcasts, canales de TV, y respondiendo a entrevistas como esta. He tratado de verle el lado positivo a todo esto. 

¿En un futuro me veo quedándome aquí?

Por ahora sí. Trato de no pensar mucho en el futuro sino vivir el presente.

La empresa todavía demanda muchísimo tiempo de nosotros, la situación en Venezuela no mejora, pero quiero tener esperanzas y pensar que muy pronto todo esto se acabará. La economía se va a reactivar, la gente va a regresar, la inseguridad va a disminuir. De verdad quisiera poder regresar algún día y que mis hijas crezcan rodeadas de familia, en nuestra cultura. ¡Eso sería increíble! 

“Me siento muy orgullosa de ser venezolana”

No soy quién para darle consejos a nadie porque siento que todavía me falta mucho por vivir para poder hacerlo. Lo que sí les puedo garantizar es que no hay sueños pequeños cuando la determinación es grande, no puedes quedarte sentado esperando que la oportunidad de tus sueños llegue, tienes que levantarte y trabajar muy duro. Estoy infinitamente agradecida con toda la gente que me sigue y que me apoya, agradezco el cariño y las oportunidades que se me han presentado.

Me siento muy orgullosa de ser venezolana, siempre trato de llevarlo como bandera, que la gente de otros países sepa que los venezolanos somos trabajadores, buena gente, que somos algo más que los problemas que nos tocó vivir.

Sé que muchos venezolanos están heridos, con mucho resentimiento y lo entiendo, pero vivir en ese sentimiento no te ayuda a avanzar, la esencia del venezolano no se puede perder porque entonces ellos ganan. Tenemos que seguir siendo igual de sencillos, buena gente, empáticos, resilientes y positivos.

Agradezco muchísimo que me hayan dado esta oportunidad, disfruté mucho escribir esta historia. Están haciendo un gran aporte. ¡Gracias!

Nota de Hearts On Venezuela: Si te interesa apoyar a personas en Venezuela que no pueden alimentarse de manera adecuada durante la cuarantena del COVID-19, te invitamos a realizar una donación a la Fundación CEPIN, quienes están alimentando a cientos de personas a diario en una de las comunidades más vulnerables de Maracaibo, Venezuela. Abajo puedes encontrar más información sobre el CEPIN.

Transferencias se pueden hacer a nombre de
Jeannette Makenga
jmakenga@hotmail.com (funciona con Zelle)
Número de cuenta : 4880 8168 6078
Número de ruta: 111000025

Página web: http://www.fundacioncepin.org/
Para más información puede consultar a heartsonvenezuela@gmail.com o mediante nuestras redes sociales @heartsonvzla.