Mi nombre es Beatriz Borges, soy abogada, especialista en Derechos Humanos, investigadora asociada del Centro de Derechos Humanos de la UCAB y directora del Centro de Justicia y Paz- Cepaz. 

Desde temprano en la universidad estudiando derecho en la UCAB conocí el trabajo que se llevaba a cabo en materia de Derechos Humanos gracias a la labor del CDH-UCAB y las competencias sobre modelos de cortes internacionales y fue allí cuando entendí que mi pasión por el derecho y mi vocación para ayudar a los más vulnerables podían conjugarse entre sí, si trabajaba por los DDHH.

En este espacio aprendí sobre la responsabilidad y las obligaciones que tiene el Estado ante la dignidad humana, y que los Derechos Humanos no sólo debían ser vistos desde un punto de vista legal, sino que deben responder a una visión más integral que combina experticias provenientes de distintos ámbitos y saberes. 

En el 2013 ante el ambiente de represión y criminalización de quienes exigían y reclamaban sus derechos en Venezuela, me sentí llamada a hacer más y ampliar mi acción, que durante años realizaba en la academia y llevarla al activismo por los derechos humanos, la paz y los valores de la democracia. Eso me llevó a fundar CEPAZ; me sentía motivada a dar talleres sobre los Derechos Humanos que llegarán a todos los que vivían este ambiente de represión que los paralizaba y darles las herramientas que me brindaron los derechos humanos para que pudieran actuar ante la opresión.  En estas capacitaciones había personas que me decían: “Si yo hubiese sabido esto antes, mi respuesta ante esta arbitrariedad de la que fui víctima hubiese sido otra”.  

En ese momento entendimos la importancia de la conciencia ciudadana en la exigencia de derechos y en la organización humana necesaria para poder exigirlos. No hacía falta ser un defensor o profesional del derecho para defender los DDHH, cualquier ciudadano podía hacerlo.

En conjunto con CEPAZ nació la Red de Activistas Ciudadanos (REDAC) y con ello, la posibilidad de empoderamiento ciudadano en pro de los DDHH. Ahora podíamos trabajar con personas conscientes, organizadas a través de las redes colaborativas de trabajo por los DDHH y que siguieran la metodología de las 3D por los Derechos Humanos: documentación, denuncia y difusión. Viajamos para dar talleres a distintos estados del país. La formación en derechos humanos fueron y siguen siendo las bases de nuestro trabajo en red. 

En el marco del impulso de la REDAC nos dimos cuenta de la importancia de documentar lo concerniente a los derechos civiles y políticos, específicamente la persecución política. Durante años se hemos hecho seguimiento a esto, y los informes de CEPAZ han producido resultados palpables para documentar lo que ha pasado en Venezuela. 

A principios de 2014 la persecución en contra de la disidencia y actores políticos no era vista como un asunto de DDHH, pero hoy en día ha sido reconocida como una política de Estado por la Misión de Determinación de los Hechos. Esto demuestra que a través de estas alertas y este monitoreo e identificaciones de patrones llevado a cabo por Cepaz junto a las redes de activismo de DDHH pudimos identificar una situación que ha quedado reconocida en informes de Naciones Unidas.

Beatriz Borges (C), representante de la organización venezolana Cepaz (Centro Paz y Justicia), habla durante una audiencia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Santo Domingo, el 10 de mayo de 2018. La CIDH se encuentra realizando una semana de audiencias públicas en la capital dominicana. / AFP / afp / Erika SANTELICES

El trabajo con CEPAZ ha sido duro pero a la vez muy gratificante personal y profesionalmente. Al principio sólo queríamos hacer una red de voluntarios a nivel nacional, y hoy en día estamos presentes en 14 países gracias a muchos miembros de la red que antes estaban en Venezuela y han tenido que irse del país por distintas razones. También tenemos miembros de otras nacionalidades que aprenden de nuestra experiencia y se suman a trabajar por los derechos humanos.  Me hace muy feliz que las actividades, las redes y el trabajo de monitoreo se ha mantenido y cada año seguimos formando miles de activista. Solo este año llevamos más de 2350 personas que se benefician de nuestros talleres y actividades de formación. 

En varias oportunidades me he conseguido con personas que me han dicho que conocen el trabajo que hacemos y que gracias a ello hoy en día se dedican a defender DDHH, es decir, que de alguna u otra manera la labor de CEPAZ ha inspirado a otros a seguir trabajando y eso me motiva mucho porque a veces dudamos del alcance que tienen nuestras acciones cuando estamos en medio de tanta adversidad y sufrimiento humano. 

A pesar de esto, los y las defensoras enfrentan desafíos de manera continua porque todas las personas que se encuentran en Venezuela se ven afectadas por la emergencia humanitaria compleja desde el 2017, y es por eso que debemos proteger a quienes trabajan por de los DDHH en Venezuela, y reconocer que gracias a esas personas se conoce lo que pasa en Venezuela y se alivia el dolor y sufrimiento que padecen millones por la crisis humanitaria. 

Desde hace 2 años he llevado mi lucha por Venezuela desde fuera de Venezuela. Parte de las nuevas dinámicas de las organizaciones radica en que muchas personas de sus equipos tienen que trabajar fuera de Venezuela porque el país los obliga, por razones personales, o forzadas.

Ahora que ya no estoy en Venezuela, me enfoco más en el trabajo en el plano internacional para ayudar a conectar a la OSC venezolanas con espacios internacionales. La finalidad de mi trabajo es lograr que la respuesta internacional sea más comprensiva y coordinada y que el tema Venezuela se encuentre en la agenda internacional.

Sigo conectada a Venezuela, a su gente, al trabajo de DDHH, porque todo lo que pasa en Venezuela está conectado con mi trabajo diario. Me motiva saber que las cosas pueden cambiar y que todos podemos hacer algo para que se genere ese cambio. Soy una convencida del poder de transformación que tiene la sociedad civil. También me motiva trabajar para que las niñas y mujeres seamos protagonistas de este cambio para garantizar que en Venezuela igualdad y para que sus necesidades diferenciadas también sean atendidas. La desigualdad y la exclusión se hacen más profundos en momentos de crisis por eso que la defensa de los derechos de las mujeres y niñas debe ser un eje transversal de la defensa de derechos humanos. 

Trabajar en pro de los DDHH y la paz no es un trabajo a corto plazo, es un trabajo que impactará a  generaciones futuras . En el caso de Venezuela, la devastación se ha llevado a cabo en un largo período de tiempo y por eso, la restauración va a requerir del trabajo de muchas de esas personas que conforman y conformarán las nuevas generaciones de defensores que serán testigos de un aprendizaje que nos dejó un momento terrible de nuestra historia y que espero no vuelva a ocurrir.

Me parece muy inspirador seguir siendo parte de la sociedad civil venezolana y ver como hay tantas personas que quieren seguir apostándole al país, tejiendo redes y que no permiten que la situación de violación de DDHH se normalice o los desmoralicen. Para mi los defensores y defensoras de derechos humanos en Venezuela son esa luz que nos mantiene con esperanza. 

Yo conocí una Venezuela completamente distinta a la que vivimos hoy en día y creo que, aunque vivimos momentos muy adversos y el futuro no se ve con claridad, podemos trabajar por recuperar y construir una Venezuela en donde exista la democracia y se respeten los DDHH. Espero que, en el futuro, cuando ya hayamos logrado ese país ideal que todos queremos, recordemos a esta generación que ha sufrido tanto, como la generación que no se rindió y cuyo trabajo logró sentar las bases de una Venezuela llena de abundante paz, seguridad y desarrollo.